viernes, 31 de julio de 2009

A la Madre

Interneteando, (como me gusta decirle a navegar), me encontré algo muy interesante sobre las familias sin hijos, algo que me toca muy de cerca porque no tengo hijos ni quiero tenerlos y lo que para mi es tan normal, para la mayoría de mi entorno es totalmente inexplicable, pero al leer esto, http://web.me.com/daniel.gimenez/Ego_Ipse/Deconstructing/Entradas/2009/4/6_Familias_sin_hijos.html, me sentí menos freak por pensar diferente.
De repente,algunas personas se sienten con el derecho de opinar sobre tu vida, eso me pasó hace algunos años, cuando hablaba con un amigo sobre mis expectativas para el futuro, éste me preguntó si pensaba tener hijos algún día, luego de responderle que no era algo que me preocupaba y dejarlo un poco en shock, me puse a pensar en este tema y asomaron las siguientes preguntas.
¿Pierde una su condición de mujer al no ser madre?, ¿deben las mujeres obligatoriamente procrear por el simple hecho de pertenecer al género femenino?, ¿debo tener un hijo para llenar mi soledad?, y como me dijo uno de mis compañeros, si las mujeres normales tienen hijos, ¿acaso soy una anormal?
Creo que el hecho de no ser madre, ya sea porque no quiero o porque en unos años más no pueda no me hace menos mujer. A pesar de estar consciente de que mi reloj biológico corre hacia la recta final, no perderé la capacidad de dar amor, ni la ternura que a veces me despierta la inocencia de algunos niños. No dejaré de ser una niña yo misma, ni me privaré de disfrutar de las cosas simples, como un arco iris o la forma de caminar a saltitos de esos pajaritos de los que todavía no sé su nombre.

No estoy de acuerdo con el concepto que dice que por ser mujer estoy obligada a ser madre, conozco algunas mujeres que renunciaron a otros sueños por esta falsa creencia y no son más felices ahora, lastimosamente ven a sus hijos como un obstáculo entre ellas y sus ya lejanos sueños, hace poco una amiga me decía que está harta de vivir en función a sus hijos, que fue una tonta al tenerlos.
No creo en la idea egoísta de tener un hijo para sentirme acompañada, (digo, para eso están las mascotas), creo que la soledad es un sentimiento que a veces ni rodeado de mucha gente puedes quitarte de encima, estoy convencida de que la mejor manera de no sentirse solo es aprender a estar con uno mismo y además disfrutarlo; de todos modos tus hijos no son tuyos, (como escribió Khalil Gibran), ellos tienen derecho a hacer su vida incluso lejos de ti. Por otra parte, considero que no puedo tomar decisiones que afecten otras vidas, puedo decidir sobre mi vida, pero no creo que sea correcto determinar la vida de otras dos personas más, de un niño que no tendrá la oportunidad de crecer con su padre y la de un hombre que tal vez no quiere tener un hijo precisamente conmigo.

Sé que no soy una anormal por pensar todo esto y también sé que puedo realizarme como mujer de otras maneras, conozco mujeres maravillosas que no pudieron tener hijos y sin embargo se realizaron, dos de esas increíbles mujeres colaboraron con mi crianza y me enseñaron desde la dulzura y feminidad que debe tener una nena, hasta la mejor manera de sazonar una comida.

Luego de pensar en mi anormalidad, decidí mandar “a la madre” todas estas teorías sobre la realización femenina a través de la maternidad, estoy harta de ser juzgada así soy y así pienso, tómenme o déjenme XD.

jueves, 30 de julio de 2009

About me

No sé como empezar, ni siquiera sé porqué me metí en esto de los blogs, tal vez porque disfruto mucho leyéndolos o tal vez porque me gusta escribir.
Creo que la mejor manera de empezar a bloggear es presentándome, bueno, soy Catalina, tengo 37 años, publicista frustrada porque el trabajo que tengo no tiene nada que ver con mi profesión.
Irreverente, rebelde y contestataria lo cual me ha traído unos cuantos problemillas, amante de la belleza y de los animales. Estudiosa del género humano, sus reacciones y obsesiones, apasionada por la música, devoradora de libros, con un hambre insaciable de conocimiento.
Selectiva con mis amistades y mucho más con mis amores, un poco solitaria, leal y sincera con mis amigos, empírica escritora, cantante y bailarina. Poco modesta, algo vanidosa, bastante cínica, (entiéndase cinismo como aquella actitud compuesta a partes iguales de ironía y escepticismo), aunque también soñadora incurable y más romántica de lo que me gustaría admitir.